Según datos de la International Energy Agency (AIE), la producción de cemento y hormigón es responsable de aproximadamente el 7% de las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la actividad humana, lo que la convierte en una de las industrias más importantes en términos de contribución al climate change.
En ese contexto y en un esfuerzo por reducir su impacto, diversos proveedores están revolucionando esta industria mediante la exploración de nuevos procesos, químicos y materias primas. Algunas soluciones incluso apuntan a convertir la producción de cemento y hormigón en carbono-negativas, ofreciendo una esperanza significativa para la lucha contra el global warming, destaca World Economic Forum.
Estas iniciativas están explorando nuevos procesos, químicos y materias primas con el objetivo de reducir drásticamente las carbon emissions asociadas con la producción de estos materiales de construcción fundamentales.
Tecnología de vanguardia
Un ejemplo destacado es la planta piloto de Brimstone en Nevada, que está utilizando tecnología de vanguardia para producir cemento Portland convencional y materiales cementicios suplementarios. Estos últimos, derivados de roca silícea libre de carbono, no solo reducen la necesidad de clínker in the cement, sino que también generan residuos de magnesio que absorben el CO2 de forma permanente de la atmósfera.
Proyectos como los del First Suppliers Hub de Sublime, en Estados Unidos, también están marcando la pauta al emplear procesos electroquímicos innovadores para convertir rocas no carbonatadas en cemento hidráulico utilizando energía renovable. Esta tecnología reduce significativamente las emisiones de energía y calcinación asociadas con la producción de cemento.
Además de Brimstone y Sublime, empresas como CarbonBuilt, Chement y Fortera están liderando la carga hacia una industria del cemento y hormigón más sostenible. Los proyectos de CarbonBuilt, por ejemplo, están logrando descarbonizar la producción de hormigón al reemplazar el cemento con un aglutinante alternativo bajo en carbono que reacciona químicamente con el CO2 capturado, almacenándolo de forma permanente.
La incorporación de materiales reciclados también está ganando terreno en esta transformación. Empresas como Saferock en Noruega y Cemvision en Suecia están desarrollando productos de cemento con bajas emisiones de CO2 utilizando residuos de minas y materiales ricos en óxido de calcio de otras industrias.
Carbon sequestration
The tecnología de captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS) está emergiendo como un componente crucial en la reducción de las CO2 emissions asociadas con la producción de clínker. La GCCA estima que el CCUS podría contribuir en un 36% a la reducción de CO2 emissions by 2050.
En última instancia, la descarbonización del cemento y el hormigón requiere una combinación de enfoques, desde la ampliación de tecnologías existentes hasta la innovación en nuevos procesos, tecnologías y materiales.
Estas iniciativas ofrecen la esperanza de que la industria del cemento y hormigón pueda pasar de ser una fuente significativa de carbon emissions a ser una solución clave en la lucha contra el climate change.
Source: World Economic Forum
