The pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) representa una de las mayores amenazas para la sustainability de los océanos. De acuerdo con la Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO), esta práctica causa la pérdida de hasta 26 millones de toneladas de pescado anuales, con un impacto económico que oscila entre los 10 mil y 23 mil millones de dólares a nivel mundial.
At Mexico, la vigilancia en altamar es un desafío complejo debido a la inmensidad del océano y la dificultad para detectar embarcaciones en actividad sospechosa. Para enfrentar esta problemática, desde 2017 Pronatura Noroeste, Causa Natura, Global Conservation and the Citizen Observer Network, en alianza con diversas instituciones como CONANP, CONAPESCA, PROFEPA y SEMAR, implementaron Marine Monitora sistema tecnológico que combina radar, cámaras de largo alcance e artificial intelligence para monitorear y detectar embarcaciones en tiempo real.
Los resultados han sido contundentes. Según datos de la Comisión Nacional de Pesca, antes de la instalación del sistema, en 2016 se incautaron 782 mil 133 kilos de producto marino en las costas de Baja California y Baja California Sur. Ocho años después, en 2024, la cifra se redujo a 63 mil 216 kilos, reflejando una disminución del 92%. Además, la incursión de embarcaciones menores en protected areas se redujo en un 73%.
Ricardo Juárez Salas, coordinador de Proyectos de Cumplimiento y Aplicación de la Ley en Áreas Protegidas de Pronatura Noroeste, destacó que Marine Monitor opera de manera autónoma las 24 horas del día y utiliza machine learning para identificar patrones sospechosos.
“A través de la información y experiencia proporcionadas por autoridades y vigilantes comunitarios, se define qué comportamientos pueden ser sospechosos, en este caso, de pesca ilegal”, explicó.
El impacto de este sistema va más allá de la detección. Gracias a la red de comunicación establecida entre comunidades pesqueras y autoridades, la información obtenida permite planificar operativos más eficientes y reducir el gasto de recursos públicos en vigilancia.
A pesar de estos avances, el problema de la pesca INDNR sigue siendo significativo. Se estima que en Mexico el 40% de las capturas totales provienen de prácticas irregulares, lo que significa que 4 de cada 10 especies comercializadas pueden tener origen en la pesca ilegal. Esta actividad impacta no solo a los ecosistemas marinos, sino también a los pescadores que operan dentro de la legalidad y a la viabilidad de las Natural Protected Areas.
El monitoreo con Marine Monitor ha sido especialmente relevante en el Gulf of California, donde especies como la totoaba, la almeja chocolata, el erizo y la langosta son altamente vulnerables a la explotación ilegal.
La implementación de esta tecnología ha posibilitado contar con datos precisos sobre los puntos críticos de actividad, los días y horarios con mayor incidencia de pesca ilegal, lo que permite a las autoridades y comunidades pesqueras tener información útil para planear acciones de vigilancia de manera más efectiva, lo que se traduce en un menor gasto de recursos públicos.
Source: Pronatura Noroeste