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CARBONO NEUTRAL 2030

Transporte público, un sector clave en la lucha contra el cambio climático.
Transporte sostenible
Transporte público, un sector clave en la lucha contra el cambio climático
Banco Mundial destaca alternativas que pueden contribuir a bajar las emisiones de GEI y lograr ciudades más sostenibles, saludables, seguras e inclusivas

El transporte es fundamental para la movilidad y la conectividad en la sociedad moderna, pero también desempeña un papel crucial en el cambio climático.

La dependencia de combustibles fósiles en vehículos, junto con la expansión de la infraestructura vial, ha contribuido significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero. Se calcula que este sector es responsable del 20% de las emisiones de GEI, con una tasa de crecimiento anual promedio del 1.7% más rápido que cualquier otro sector.

La Agencia Internacional de Energía plantea que para ponerse en ruta del objetivo de cero emisiones netas, las emisiones del transporte deben caer más de un 3% al año hasta 2030.

El Banco Mundial destaca la necesidad de encontrar soluciones asequibles que reduzcan rápidamente la dependencia del transporte de combustibles fósiles, mejoren la calidad de vida y se implementen fácilmente en diversas ubicaciones.

El organismo plantea medidas que pueden aportar en lograr esas soluciones.

Sistemas de tránsito rápido de autobuses

Las ciudades buscan alternativas más eficientes, seguras y asequibles para el transporte de personas, con el objetivo de disminuir las emisiones de carbono en un contexto de congestión vehicular y contaminación del aire. Los sistemas de tránsito rápido de autobuses abordan esas problemáticas, especialmente en países en desarrollo.

Estos son sistemas de transporte público de alta capacidad y calidad que está diseñado para proporcionar tiempos de viaje rápidos y confiables, con estándares de desempeño similares a otras tecnologías de transporte masivo, como el metro o el tren ligero, pero mucho más económicos en su implementación.

Los carriles exclusivos para autobuses son una solución efectiva al sacar automóviles de las carreteras, brindando una movilidad rápida y los beneficios de los sistemas de metro a una fracción del costo. Además, los autobuses eléctricos alimentados por baterías son cada vez más viables gracias a la revolución en la tecnología de baterías, contribuyendo así a la transición hacia formas más sostenibles de transporte público, expone el Banco Mundial.

Dakar, capital de Senegal, es un ejemplo. Están introduciendo una nueva línea transporte rápido de autobuses totalmente eléctrica, la primera en África occidental. El sistema de Dakar disminuye la cantidad de automóviles en las carreteras y permite que los viajeros utilicen los vehículos eléctricos en lugar de otros impulsados por combustibles fósiles; de esta manera, se reducen las emisiones locales y globales.

Se prevé que este proyecto contribuirá a bajar las emisiones de GEI en aproximadamente 1.2 millones de toneladas de dióxido de carbono, lo que equivale a sacar de circulación más de 250 mil vehículos de pasajeros que funcionan con gasolina durante un año.

“Todos los países deberían hacer un plan para incorporar vehículos eléctricos, especialmente autobuses y vehículos de dos y tres ruedas, en sus sistemas generales de transporte”, dijo Nicolas Peltier-Thiberge, director de Transporte del Banco Mundial.

“Nuestra visión es crear sistemas de transporte que no solo sean ecológicos, sino que también refuercen los objetivos de desarrollo y faciliten el trabajo cotidiano de todos los ciudadanos. Ciertamente, los vehículos eléctricos forman parte de esta historia, pero se necesita un enfoque integral para que sean realmente eficaces”.

Más barato de construir que el metro

En capacidad y rendimiento, los sistemas de tránsito rápido de autobuses son equiparables a los de otras tecnologías avanzadas de transporte público, como el metro o el tren ligero, pero sobresale en que su construcción es mucho más económica y rápida, por lo que es una opción atractiva para ciudades que aspiran a desarrollar un transporte público de alta calidad con limitaciones de tiempo o recursos.

Un ejemplo destacado es el sistema de tránsito rápido de autobuses en Lima, Perú, que tiene un costo de 10 millones de dólares por cada kilómetro, mientras que una línea ferroviaria subterránea en la misma ciudad tiene un costo de 182 millones de dólares por kilómetro.

Transporte para las personas y a favor del planeta

No todas las inversiones en transporte verde tienen que realizarse a esa escala. No se deben pasar por alto las inversiones en la gestión y la seguridad del tráfico centradas en las personas, como calles bien iluminadas, cruces seguros, carriles para bicicletas y aceras conectadas. Estos proyectos a menudo pueden ejecutarse rápidamente y responder a necesidades locales únicas.

En cinco estados brasileños, 3.1 millones de personas se sentirán mucho más seguras caminando de noche gracias al reemplazo de faroles obsoletos e ineficientes. El nuevo alumbrado público utiliza tecnología LED de baja emisión que genera un ahorro de energía del 40% al 70%. El ahorro puede ser de hasta el 80% cuando se combina con sistemas de gestión y control inteligentes. Con solo 4 millones de dólares aportados por el Banco Mundial, se movilizaron 63 millones adicionales en inversiones privadas y contratos de asociación público-privada para que esto fuera posible.

La realidad es que muchas ciudades de países en desarrollo necesitarán un enfoque integral que combine soluciones de transporte con una planificación urbana inteligente para garantizar que las personas puedan acceder al empleo, la educación y los servicios esenciales de manera eficiente y segura.

“Queremos ver a más personas en bicicleta, caminando y usando el transporte público, pero no como último recurso o por falta de un automóvil privado, sino porque es verdaderamente la opción más segura, eficiente y accesible”, dijo Georges Bianco Darido, especialista principal en transporte urbano del Banco Mundial.

El organismo subraya que todas las inversiones en transporte urbano, sean grandes o pequeñas, son cruciales para que la vida en las ciudades sea más saludable, segura, inclusiva y mucho menos intensiva en carbono. En un momento en que el planeta necesita un cambio de paradigma, el transporte sostenible puede cambiar las reglas del juego.

Fuente: Banco Mundial

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