Los Cabos, BCS. _ Hace unos meses, a mediados de año, Christy Walton emprendió un viaje de ida y vuelta por el Golfo de California, desde La Paz hasta Bahía de Los Ángeles.
En el trayecto de aproximadamente 430 millas esperaba ver el mar cristalino, porque su experiencia de 60 años conociendo el “Acuario del Mundo” así se lo indicaba, pero lo que encontró fue un mar verde, nublado, con muchas medusas y peces pequeños, indicador de un mar degradado.
La empresaria y filántropa, fundadora de Innovaciones Alumbra, narró que en su viaje observaron pescadores capturando peces pequeños y en el camino de regreso se detuviron cerca de Salsipuedes, una pequeña isla, donde constataron la presencia de pangas de Bahía Kino.
“Los buzos, cuatro por panga, se llevaron todo y había un barco anclado. Dijeron que se quedan algunos días y se llevan todo lo que hay que llevar. Mientras estábamos allí, almorzando recién anclados, tomando un descanso en nuestro viaje, llegó un bote grande de San Felipe remolcando 8 pangas. Y este es un barco turístico comercial para pesca. Pusieron a cuatro hombres en cada una de esas ocho pangas y se alinearon a lo largo del arrecife y pescaron todo lo que pudieron. Es un desastre”, lamentó.
Esta vivencia la narró al participar en el panel Mar de Vida: Pasos hacia la Regeneración y la Prosperidad en el Golfo de California, en el Summit 2024 Ciudades con futuro. Sin miedo a la acción.
“Empecé a preguntarme, ¿Por qué este mar es verde? Sé que tenemos problemas de aguas residuales y residuos tóxicos en Tijuana, y que Ensenada está escurriendo directamente al mar sus aguas residuales, pero realmente no había pensado en el interior del Golfo. No hay una sola ciudad o pueblo en todo el Golfo, excepto tal vez San Felipe, que se ocupe de sus aguas residuales. Estamos destruyendo lo que vivimos y por lo que vivimos”, lamentó.
Vale la pena tratar de medir la salud del Golfo: Halpern
Tras escuchar la vivencia de Christy Walton, Ben Halpern, Director del Centro Nacional de Análisis y Síntesis Ecológica (NCEAS), comentó que son muchas cosas las que están afectando al Golfo de California, por lo que vale la pena tratar de medir su salud con una herramienta llamada Índice de Salud de los Océanos.
“Para apoyar un Golfo de California verdaderamente saludable, necesitamos no sólo el sistema natural, sano y próspero, también la gente y sus comunidades sanas y prósperas, porque si no les va bien, no van a tener el interés o la capacidad o la habilidad de cuidar el océano junto al que viven”, indicó.
El Índice de Salud de los Océanos, explicó, está en fase inicial y en 2 años arrojará datos. Medirá y arrojará información que indique qué tan saludable es el mar.
“A medida que nos desarrollemos en los próximos dos años aquí, trabajaremos con las comunidades, las partes interesadas y las empresas, para comprender cuáles son las cosas que la gente valora y necesita del Golfo de California, como la comida de la pesca y la acuicultura; como los tours y la recreación; como los valores culturales que la gente obtiene al visitar su parte favorita, de los trabajos, los medios de vida y las economías que se alimentan del uso de las costas”, indicó.
Halpern subrayó que todas estas piezas diferentes las combinarán en el índice y eso permitirá dar un seguimiento para, con el tiempo, cambiar las cosas que no se están haciendo bien.
“Es una herramienta, pero también es un proceso, porque está involucrando a la gente del otro lado del golfo. Y es un plan estratégico de cómo podemos avanzar con una mejor gestión y, con suerte, con la inversión y el compromiso con el Golfo de California”, dijo.
En el panel también participaron Christopher Teal, Cónsul General de los Estados Unidos en Tijuana; Tania Rodríguez, de Co_Plataforma; y Rocío Abud Mirabent, Directora de Fundación Coppel y Responsabilidad Social de Grupo Coppel.
Teal explicó los esfuerzos binacionales que realizan México y Estados Unidos para abordar la problemática de las aguas residuales del río Tijuana, y el manejo del agua del río Colorado.
Rodríguez comentó sobre inversión en proyectos de conservación de la biodiversidad, agricultura regenerativa, educación y resiliencia comunitaria, mientras que Abud destacó el trabajo que Fundación Coppel realiza en El Manglito, La Paz, y La Reforma, Sinaloa, para generar comunidades prósperas y ecosistemas saludables.