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inclusión social

Cambio climático
Más árboles y menos pavimento, la apuesta de París contra el cambio climático
El Ayuntamiento local aprueba un plan urbanístico bioclimático que prioriza el crecimiento de espacios verdes y la disminución de áreas para la circulación

Con el objetivo de adaptarse al cambio climático, el Ayuntamiento de París aprobó un nuevo plan urbanístico bioclimático que prioriza el crecimiento de espacios verdes y disminuye áreas para la circulación, en favor en particular de las bicicletas.

El Plan Local de Urbanismo (PLU) marca una serie de objetivos para la ciudad con miras a 2035, en el que se contemplan alrededor de 70 hectáreas adicionales de espacios verdes, con la ampliación de algunos parques existentes y la creación de otros.

El proyecto más ambicioso es un gran parque metropolitano al norte, en una de las zonas más populares de la ciudad, entre la Puerta de la Chapelle y la Villette.

A largo plazo el objetivo es llegar a 300 hectáreas adicionales, un plan muy ambicioso teniendo en cuenta que en el primer mandato de la actual alcaldesa, Anne Hidalgo (2014-2020), se crearon 30 hectáreas de nuevos espacios verdes.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que una media de 10 metros cuadrados de espacios verde por habitante es ideal, mientras que actualmente París cuenta con 5.8 metros cuadrados por habitante, si se excluyen los bosques de Boulogne y de Vincennes, en los contornos oeste y este de la ciudad.

Y mientras se prioriza el crecimiento de espacios verdes, el PLU establece como irreversible la progresiva conversión en espacio peatonal desde 2012 de las orillas del Sena que en el pasado habían sido una vía rápida de circulación para atravesar la ciudad.

El Plan da una protección muy especial a 250 árboles destacables y a 100.000 árboles de alineación.

El Ayuntamiento prevé de aquí a mediados de siglo la despermeabilización del 40 % del espacio público, lo que significa sobre todo sustituir revestimientos de hormigón o de alquitrán por otros de tierra.

“París es una ciudad particularmente vulnerable a las consecuencias del cambio climático porque la intensidad de los usos y su carácter mineral (con mucho cemento o alquitrán en los suelos) la hacen sensible a los fenómenos de las islas de calor urbano”, justifica el documento.

Después de haber reducido a la mitad la circulación de vehículos en los últimos 20 años, la voluntad es continuar con esa tendencia con más espacio para las bicicletas, para lo que se prevé duplicar la superficie para guardarlas en los edificios.

El PLU marca que la producción de energía renovable será obligatoria en todos los proyectos inmobiliarios de más de mil metros cuadrados.

Fuente: El País

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