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inclusión social

Adaptación climática
Investigadora plantea estrategias sustentables y resilientes en planificación urbana de Hermosillo
Laura Mercado Maldonado propone medidas de control de Isla de Calor Urbana que pueden adoptarse en la capital de Sonora

Enclavada en una zona de clima cálido seco, Hermosillo ha experimentado en las últimas décadas un crecimiento y transformación que ha modificado las condiciones ambientales y de habitabilidad, al generarse el fenómeno de Isla de Calor Urbano (ICU), ante lo cual es relevante adoptar medidas de mitigación para hacer frente al cambio climático, destaca la investigadora Laura Mercado Maldonado.

En su investigación Mitigación y adaptación al efecto de isla de calor urbana de clima cálido seco. El caso de Hermosillo, Sonora, la Maestra en Humanidades con énfasis en energía y medio ambiente en arquitectura por la Universidad de Sonora expone que es necesaria una planificación urbana con estrategias de adaptación climática que considere la sustentabilidad y resiliencia.

“La transformación del uso de suelo nativo por superficies no reflectivas e impermeables que absorben un alto porcentaje de radiación solar incidente desarrollan con el paso de los años Islas de Calor Urbanas, definido por Tim R. Oke como la presencia de aire más caliente en la zona urbana que sus alrededores”, expone.

“La presencia del fenómeno provoca cambios en el medio ambiente traducidos en un aumento de temperatura y contaminación del aire, impactando las temperaturas urbanas, la salud, el consumo energético, la estética del paisaje y la memoria colectiva que tienen relación directa con el confort de una población”.

Las ciudades de clima cálido seco es donde se registra mayor vulnerabilidad ambiental a los efectos adversos del cambio climático que el resto de los ecosistemas, agrega.

En su investigación, Mercado Maldonado observa que si bien a lo largo del tiempo las ciudades se han convertido en grandes emisoras de contaminación ambiental, también pueden ser consideradas como elementos de mitigación, ya que son la forma territorial más eficaz de la modernidad donde se desenvuelve la vida urbana.

“Para ello, en el contexto urbano, la adaptación a impactos extremos del cambio climático es un desafío de planeación urbana sustentable, donde el factor ambiental sea una condición de diseño para la interacción social y cultural, que sean resilientes al clima extremo y a fenómenos como el de la Isla de Calor Urbana”, destaca.

Con más de 850 mil habitantes y asentada en la zona transfronteriza que abarca el Desierto de Sonora, Hermosillo puede adoptar medidas para reducir la temperatura del aire considerando las siguientes variables:

  • Geometría del entorno urbano
  • Disponibilidad de espacios urbanos
  • Microclima urbano a causa de los elementos naturales y superficiales que rodean la zona
  • Recorrido solar
  • Vegetación propuesta por el espacio disponible para su plantación

El análisis de Mercado Maldonado establece que el principal énfasis de control de Isla de Calor Urbana en Hermosillo se hace en el estudio del recorrido solar, a fin de interceptar la radiación directa, y la relación que tiene con la altura de los edificios y ancho de las calles en el cañón urbano que se vincula con el Factor de Cielo Visto (FCV), así como la adecuada selección de especies vegetales de tipo xerófilo y priorizar la selección de materiales superficiales urbanos de acuerdo a su comportamiento térmico.

“Estos hallazgos ayudan a comprender los roles y la importancia de las características del entorno urbano y proporciona pautas prácticas para el diseño y planificación urbana con estrategias de adaptación climática que considere la sustentabilidad y resiliencia de la comunidad”, sostiene.

Se prevé que adoptar estas medidas tengan efectos favorables a la temperatura urbana para contrarrestar los efectos adversos de la Isla de Calor Urbano en ciudades con condiciones desérticas similares a las de Hermosillo, expone.

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