La trazabilidad en la pesca es definida por Oceana como el mecanismo que permite conocer el recorrido del pescado y de sus productos desde la captura hasta la mesa del consumidor final, su exportación o su inclusión en otros procesos industriales.
Es importante este concepto porque es la solución que plantea esta organización internacional protectora de los océanos ante un problema que se está presentando en México y que se agudiza en Sinaloa y Sonora: la sustitución de especies.
El estudio Gato X Liebre: Engaño en el Noroeste, realizado por Oceana destaca que, en la actualidad, en México no existen mecanismos para recopilar y dar a conocer información acerca del pescado que llega al consumidor. Este desconocimiento del origen y trayecto de los productos pesqueros, desde el barco hasta el plato, permite que la sustitución de especies ocurra.
“Necesitamos conocer con total transparencia cómo se ve la pesca en nuestro país, qué especies se capturan, en dónde, cuándo, qué artes de pesca se utilizan y qué embarcaciones participan”, expone.
Esto ayuda a que la pesca se realice de manera responsable, evitando la sobreexplotación de especies pesqueras, protegiendo los ecosistemas marinos que sostienen la enorme variedad de pescados y mariscos que consumimos, así como a especies de gran importancia por su papel en las cadenas alimentarias, considera.
Consumidores reciben gato por liebre
Desde 2019, y mediante muestras de ADN y PCR, Oceana ha realizado una serie de estudios de sustitución de especies del mar en 10 ciudades del país y ha detectado que el porcentaje de sustitución alcanza el 44% a nivel nacional.
En diciembre de 2022 este estudio se hizo en 194 pescaderías y restaurantes de las ciudades de Mazatlán y Culiacán, en Sinaloa; y Ciudad Obregón y Hermosillo, en Sonora.
“Sonora y Sinaloa tienen un promedio de 49% de sustitución. Esto quiere decir que una de cada dos veces que compramos pescado en pescaderías y restaurantes en estos estados nos dieron uno completamente distinto. En pescaderías la sustitución fue del 54% y en restaurantes 44%”, revela el estudio.
Oceana subraya que para este estudio seleccionaron Sonora y Sinaloa por ser los estados pesqueros más relevantes, por el volumen de productos que se captura, así como el valor económico que representan. En conjunto, ambas entidades concentran el 62% de la producción pesquera a nivel nacional.
Sustitución de especies por ciudades
Culiacán 60%
- Pescaderías 69%
- Restaurantes 53%
Mazatlán 46%
- Pescaderías 58%
- Restaurantes 32%
Cd. Obregón 50%
- Pescaderías 36%
- Restaurantes 69%
Hermosillo 45%
- Pescaderías 50%
- Restaurantes 36%
Oceana destaca que hasta el 25% de la sustitución de especies se da por productos de la acuacultura, que son anunciadas como especies de pesca silvestre.
La basa es un producto de acuacultura, importado en su mayoría de Vietnam que tiene un precio de 106 pesos por kilo, pero fue encontrado en este estudio comercializándose como mero, a un precio que alcanza hasta los 645 pesos.
“Además de la basa, también encontramos tilapia como una de las especies utilizadas como sustituta. Aunque existe cultivo de tilapia en México, el 99.8% se importa de China. En 2022 las importaciones de tilapia tuvieron un valor de 254 millones 485 mil 922 dólares, lo cual equivale a más de una tercera parte de la producción total de Sinaloa para 2021”, detalla el estudio.
La tilapia, con un precio de 126 pesos por kilo, fue encontrada en estas ciudades de Sinaloa y Sonora vendiéndose como pargo o robalo, especies que tienen un precio de 282 y 463 pesos por kilo, respectivamente.
“La sustitución de especies afecta gravemente la economía de las personas, quienes, sin saberlo, podrían pagar hasta seis veces más del valor real del pescado que consumen”, indica Oceana.
El problema con la alta presencia de estos productos, agrega, es que se venden como si fueran pesca nacional y silvestre, engañando a los consumidores y desplazando del mercado pescados y mariscos de comunidades pesqueras mexicanas.
Especies en peligro de extinción, como sustitutas
Gato X Liebre: Engaño en el Noroeste también encontró que se vendieron especies en peligro de extinción en más de una ocasión, tal es el caso de la raya diablo de aleta curva y algunas de tiburones, incluido el tiburón martillo que está catalogado en peligro crítico.
“Cuando nos dan Gato X Liebre no solo se afectan los bolsillos de las personas, sino su capacidad de tomar decisiones de consumo responsables e informadas. Sin siquiera saberlo, podríamos poner en riesgo la salud de los mares al consumir especies en peligro, cuya comercialización está prohibida o que tienen un gran valor para mantener el equilibrio de los ecosistemas marinos”, enfatiza Oceana.
La trazabilidad como solución
Desde 2019 existe en Conapesca un proyecto de Norma Oficial Mexicana de trazabilidad que lleva el objetivo de registrar información clave de toda la cadena de valor del pescado, desde dónde se captura, en qué fecha, con qué permiso de pesca, dónde desembarca, en qué planta se procesa, cómo se transporta y en dónde se vende.
Con esta norma, Conapesca puede implementar un sistema de trazabilidad que permita dar seguimiento puntual al producto pesquero desde la captura hasta el último punto de comercialización, es decir, del barco al plato, y evitar que exista sustitución en alguna etapa del camino que recorre el pescado desde su captura hasta el último punto de venta.
Fuente: Oceana