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Empresa, emprendimiento y economía

Empresas mexicanas apuestan por una economía ética y sostenible.
Economía sostenible
Empresas mexicanas apuestan por una economía ética y sostenible
Más de 100 firmas mexicanas están certificadas como Empresa B, un modelo que promueve la medición y mejora del impacto económico, social y ambiental de las empresas

En el mundo actual, donde la sostenibilidad y la responsabilidad social empresarial son temas cada vez más relevantes, la organización B Lab destaca como un referente en la promoción de una economía ética y sostenible.

Fundada hace 17 años en Estados Unidos por tres amigos con una visión de negocios más amplia, esta organización ha ampliado su alcance a nivel global, promoviendo una economía donde las empresas no solo buscan el éxito financiero, sino que también comparten para construir un mundo más justo y equitativo.

Desde su inicio, B Lab ha insistido en la importancia de medir el impacto económico, social y ambiental de las empresas. Su herramienta de evaluación, utilizada por más de 8,200 empresas en 96 países, ha evolucionado con el tiempo para reflejar estándares más exigentes.

Esta evaluación, basada en un cuestionario digital, no solo ayuda a las empresas a medir su impacto, sino también a identificar áreas de mejora para obtener la codiciada certificación como Empresa B o B Corp.

Javier Herrero, director de Sistema B México, destaca que esta certificación va más allá de la responsabilidad social empresarial superficial, abarcando aspectos como la gobernanza, las relaciones laborales y comunitarias, el impacto ambiental y la satisfacción del cliente. Una vez certificadas, las empresas deben renovar su certificación cada tres años, lo que implica un compromiso continuo con la mejora.

“En estos momentos estamos trabajando en lo que será una nueva evolución, en una consulta abierta global para que los distintos públicos de interés puedan dar su retroalimentación”, indica.

Los beneficios hacen que valga la pena

Empresas como Grupo SAD, dedicada a la impresión de empaques, han experimentado transformaciones significativas para obtener y mantener la certificación como Empresa B.

Aunque el proceso puede ser largo y costoso, los beneficios a largo plazo, como la retención de empleados y la atracción de clientes conscientes, hacen que valga la pena, asegura su fundador Alejandro Pérez.

“Siempre hemos estado comprometidos con este tema y con la comunidad. Ese interés nos llevaba a tener las mejores prácticas. Teníamos buenas prácticas, pero lograr la primera certificación nos llevó dos años y medio”, expresa.

Grupo SAD cuenta con sistemas de reciclamiento interno para colectar agua de lluvia y disminuir el consumo, e invirtió en un equipo que permitiera regular el voltaje de sus equipos electrónicos para disminuir el consumo energético, entre otras cosas, destaca.

En el caso de Playa Viva, un hotel ecológico ubicado en el pueblo de Juluchuca, cerca de Ixtapa-Zihuatanejo, en Guerrero, la certificación como Empresa B ha validado su compromiso con el medio ambiente y la comunidad.

David Leventhal, director operativo, explica que Playa Viva nació en 2008 como un hotel verde, ecológico, sustentable y regenerativo, por lo que ya tenían en su ADN la filosofía de cuidado al medio ambiente e impacto social positivo que promueven las Empresas B.

“Regenerativo es hacer aún menos daño que sustentable, (pero) debes comprobar todo lo que dices que tienes y que haces, y entre más dices que haces, más tienes que comprobar”, subraya.

Iniciaron el proceso y obtuvieron la certificación en enero de 2023. Aunque el proceso fue riguroso, el reconocimiento como una empresa sostenible ha atraído más clientes y ha facilitado el acceso a inversiones para expandirse, destaca Leventhal.

Javier Herrero expresa que la certificación no solo valida el compromiso de las empresas con la sostenibilidad, sino que también proporciona beneficios tangibles a largo plazo, tanto en términos de reputación como de rentabilidad, por lo que este modelo de B Lab es un motor clave en la transformación hacia una economía más ética y sostenible a nivel global.

Fuente: El País

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