Agricultura 5.0, clave para el futuro sostenible del sector: académico

Agricultura 5.0, clave para el futuro sostenible del sector: académico

El sector agrícola está entrando en una nueva era con la implementación de la agricultura 5.0, una evolución tecnológica que promete transformar la manera en la que producimos nuestros alimentos, expresó Jesús Irán Grajeda Arellano.

Al participar en un conversatorio convocado por el CIIDIR Sinaloa, el Director del Centro de Vinculación y Desarrollo Regional Unidad Los Mochis destacó que con el uso de inteligencia artificial, robótica y la automatización, los agricultores pueden ahora gestionar sus operaciones de manera más eficiente, anticipar problemas y tomar decisiones basadas en datos precisos.

“La agricultura 5.0 representa una evolución significativa en la industria agrícola integral para optimizar la producción, mejorar la calidad de los cultivos y reducir el impacto ambiental”, manifestó.

El académico explicó que la agricultura 5.0 es una evolución de la agricultura 4.0 que inició a finales del siglo 20 y principios del siglo 21, la cual se basa en el análisis de datos, uso del internet, implementación de sensores y la aplicación de la agricultura de precisión.

“En la agricultura 5.0 ya interviene la inteligencia artificial, la robótica y la automatización total de la gestión de la producción. Lo que busca la agricultura 5.0 es tener información de las variables atmosféricas, de los movimientos económicos mundiales, de la demanda de los productos, de la salud de la vegetación mediante imágenes satelitales, y de los recursos hídricos, así como también de los nutrientes del suelo”, indicó.

El fin de contar con toda esta información en un ecosistema agroindustrial es poderla procesar y utilizar para responder de manera adecuada e inmediata a las necesidades que se presenten, manifestó.

Grajeda Arellano comenzó que una de las características más destacadas de la agricultura 5.0 es su capacidad de utilizar análisis en tiempo real para tomar decisiones autónomas y predictivas, lo que aumenta la eficiencia y mejora la calidad de la producción, además, reduce el impacto ambiental, promoviendo prácticas agrícolas más sostenibles.

“Tenemos que hacer un cambio de paradigmas para que lo que hacemos hoy tenga un impacto benéfico en las futuras generaciones”, subrayó.

La agricultura 5.0 ya se implementa en Sinaloa

El académico del IPN destacó que en Sinaloa ya se está implementando de manera incipiente la agricultura 5.0 y un ejemplo de ello son los sistemas de agricultura vertical y acuaponía, que se enfocan en el uso eficiente del espacio y del agua.

Además, mencionó el desarrollo de plataformas digitales que integran datos de múltiples fuentes para mejorar la predicción climática y la gestión agrícola, y el uso de drones, aunque esta tecnología no ha sido aprovechada al máximo.

“Más de 15 empresas en la región utilizan drones para hacer fumigación, para hacer levantamientos topográficos, para hacer análisis de la salud de la vegetación, pero no los han implementado al 100%”, consideró, “seguimos fumigando como si fuera una aeronave en una cobertura total de la siembra, cuando realmente debe ser puntual”.

Clave para el futuro

La agricultura 5.0 tiene beneficios muy importantes, ya que no solo puede hacer más eficiente el uso de recursos para una agricultura más sostenible, aumentar la productividad y mejorar la salud del suelo y del medio ambiente, sino que en un mundo cuya población sigue creciendo, es clave para la seguridad alimentaria.

“Se estima que para 2050 la población crezca a 9 mil millones de habitantes, eso nos va a demandar una capacidad alimenticia mayor, lo que nos lleva a replantear las formas de productividad y de consumo”, manifestó.

Grajeda Arellano aclaró que la implementación de la agricultura 5.0 enfrenta desafíos, existe optimismo ante los avances tecnológicos como el lanzamiento de satélites para Internet de órbita baja que proporcionarán conectividad global y facilitarán la adopción de estas herramientas en los sectores productivos.

Subrayó que esta es una evolución hacia una agricultura más sostenible y resiliente frente a desafíos como plagas y condiciones climáticas adversas.

Francisco Cuamea: