La reforestación de áreas claves en cuencas y la adopción de prácticas de agricultura regenerativa son esenciales para la recuperación de acuíferos y, con ello, garantizar el abasto de agua de ciudades como Hermosillo, expuso Karina López Ivich.
La directora de Inspirando Acción para un Mundo Mejor y vocal ciudadano de la Junta de Gobierno de Agua de Hermosillo manifestó que de los seis acuíferos que surten de agua a la capital de Sonora, la mayoría están sobreexplotados y uno o dos están a punto de pasar el punto de equilibrio, ya que se les extrae más agua de la que se recarga.
“Existen los medios para revertir esta situación, lo cual genera una reacción en cadena para reforzar positivamente los servicios ambientales. La reforestación de áreas claves en la cuenca tiende a reforzar la biodiversidad, incrementa fertilidad del suelo y la retención de agua, favorece la recarga de acuíferos y ayuda a secuestrar dióxido de carbono”, comentó.
López Ivich agregó que la regeneración de vegetación en las cuencas aumenta la diversidad de productos forestales, genera seguridad de suministro de agua, mejora la salud de la población y crea resiliencia ante eventos climatológicos adversos.
La maestra en Ingeniería Ambiental expuso que, si sumado a eso se impulsa la agricultura regenerativa y prácticas agroforestales, los beneficios se multiplican.
“Mejora la cobertura orgánica del suelo, mejora la detección de humedad en el suelo, ahorro de agua en la agricultura, reduce la utilización de fertilizantes inorgánicos y agroquímicos, mejora la calidad del agua, las condiciones de polinización, las condiciones ambientales para las personas que trabajan en el campo, mejora la salud pública”, indicó.
“Ya no se trata sólo de maximizar la producción, sino de optimizar en un panorama mucho más complejo que genere resultados de producción, en un contexto de mejora ambiental y de justicia social. Los beneficios son integrales y múltiples en lo económico, social y ambiental”.
Karina López Ivich enfatizó que ya hay casos exitosos donde se ha podido medir el aumento del nivel del agua del subsuelo y cuantificar los beneficios ambientales y sociales.
“Por mencionar alguno, el caso de la cuenca de Zapalinamé, que abastece parte del agua de la ciudad de Saltillo, Coahuila, ya presenta resultados consolidados y medibles”, aseguró.
Para optimizar los resultados, estas acciones deben de acompañarse de una regularización rigurosa del uso del agua en la agricultura, así como de infraestructura u obras de ingeniería de recarga de acuíferos, además de mejorar la eficiencia del uso del agua en la ciudad, expuso.
“Si comparamos este escenario con el escenario de construir una planta desaladora, los beneficios de la rehabilitación de cuencas y recarga de acuíferos superan por mucho en lo ambiental, social y económico”, sostuvo.
López Ivich subrayó que las soluciones basadas en la naturaleza llevan tiempo, pero son opciones con grandes beneficios.
Si Hermosillo se enfoca en hacer un uso eficiente del agua a través del control en uso, medición e infraestructura en distribución, hay tiempo necesario para implementar acciones de rehabilitación de cuencas y recarga de acuíferos, y obtener los resultados deseados, aseguró.