El clima del planeta está cambiando a un ritmo alarmante. Las temperaturas suben, las tormentas son más intensas, y los incendios forestales y el aumento del nivel del mar están marcando el paisaje global.
Sin embargo, más allá de estos cambios graduales, existe el riesgo de que grandes sistemas naturales lleguen a un punto de inflexión, lo que podría desencadenar alteraciones irreversibles y devastadoras, advierten expertos en un especial publicado por The New York Times.
Blanqueamiento masivo de los corales
El calentamiento de los océanos provoca el blanqueamiento de los arrecifes de coral, un proceso que los deja vulnerables. Aunque los corales pueden recuperarse si las condiciones mejoran, los científicos advierten que, a medida que las temperaturas suben, entre el 70% y el 90% de los corales actuales podrían morir en las próximas décadas, con un costo que podría llegar al 99% si no se controlan las emisiones globales de carbono.
Deshielo abrupto del permafrost
Bajo el suelo helado del Ártico, el carbono almacenado durante milenios está en peligro de liberarse debido al calentamiento global. A medida que el permafrost se descongela, este carbono podría liberarse en forma de dióxido de carbono y metano, exacerbando aún más el calentamiento. Si bien los científicos aún no pueden predecir cuándo se producirá este fenómeno en su totalidad, algunas áreas ya están experimentando descongelación acelerada.
Colapso del hielo en Groenlandia y la Antártida
El derretimiento de los enormes casquetes de hielo en Groenlandia y la Antártida podría elevar significativamente el nivel del mar y afectar el clima global. En Groenlandia, la disminución de la altitud del hielo lo expone a más aire cálido, acelerando su derretimiento. En la Antártida Occidental, las corrientes oceánicas están erosionando las plataformas de hielo desde abajo. Los científicos temen que ambos procesos puedan desencadenar un retroceso irreversible en este siglo.
El cambio en el monzón de África occidental
Los monzones que alguna vez convirtieron el desierto del Sahara en una región verde y fértil podrían sufrir cambios drásticos debido al calentamiento. Aunque los científicos no pueden predecir cuándo y cómo ocurrirá este cambio, la alteración de los monzones tendría un impacto devastador en millones de personas que dependen de las lluvias para su sustento.
Pérdida de la selva amazónica
La Amazonía, uno de los ecosistemas más biodiversos del planeta, está en riesgo de degradarse en una sabana si continúa la deforestación y el calentamiento global. Investigaciones estiman que para 2050, casi la mitad del bosque actual podría desaparecer, lo que no solo significaría la pérdida de miles de especies, sino también la liberación de vastas cantidades de carbono almacenado.
Cierre de las corrientes atlánticas
Las corrientes oceánicas que regulan las temperaturas y precipitaciones en gran parte del mundo también están en riesgo de colapsar. El derretimiento del hielo en Groenlandia está diluyendo la salinidad del Atlántico, lo que podría desacelerar o incluso detener la Circulación Meridional Atlántica de Retorno (AMOC), alterando drásticamente el clima en Europa y los trópicos. Aunque es difícil predecir cuándo ocurrirá este evento, los científicos coinciden en que cada gramo adicional de CO2 emitido aumenta el riesgo.
Los puntos de inflexión climática no son meras amenazas distantes; algunos ya están en marcha. La acción global urgente es más crítica que nunca para mitigar estos riesgos.
Fuente: The New York Times