La sequía es uno de los efectos del cambio climático y en México es un fenómeno meteorológico cíclico que todos los años se presenta, pero que se ha recrudecido.
De acuerdo con el más reciente reporte del Monitor de Sequía de México, presentado por la Comisión Nacional del Agua, al 31 de agosto de 2023 el porcentaje de áreas con sequía de moderada a extrema a nivel nacional representaba el 60.98% del territorio nacional, 5.2% más que el reporte del 5 de agosto.
Mil 479 de los 2 mil 471 municipios del País están considerados en sequía en este reporte y otros 646 entran en la categoría de anormalmente secos.
Bajo ese contexto es que investigadores del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua han desarrollado un modelo cuya aplicación mediante políticas públicas tiene como objetivo empezar a mitigar los riesgos hídricos más relevantes.
Esta herramienta está enfocada en evaluar y mapear la sustentabilidad hídrica en el territorio nacional para fines de planeación, desarrollo y operación de los sistemas hídricos, destaca el IMTA.
“Ante los cambios hidro climáticos que el mundo está presenciando, no nos podemos dar el lujo de continuar con la degradación y el agotamiento de sistemas hídricos cada vez más notables”, expone.
El organismo del gobierno federal indica que en México la disponibilidad hídrica ha sido un componente clave para el desarrollo del País. A largo plazo, los beneficios para sus principales usuarios: centros de población, industrias, centrales hidroeléctricas y termoeléctricas, así como la agricultura de riego han sido indiscutibles.
Sin embargo, subraya, el crecimiento económico y la expansión demográfica descontrolada en una buena parte del territorio han conllevado a tener riesgos hídricos, los cuales se han manifestado a través de afectaciones ambientales y sociales, especialmente en los ecosistemas endémicos y las poblaciones originarias, que han sido y siguen siendo impactados negativamente.
“Esta herramienta se basa en la integración de las condiciones climáticas intrínsecas de una cuenca o acuífero y del cambio en su almacenamiento hídrico y, desde principios de 2002 hasta la fecha, provee información valiosa sobre la tendencia histórica en la disponibilidad hídrica durante el siglo 21”, explica el IMTA.
De acuerdo con estudios del IMTA, actualmente más de la mitad del territorio nacional tiene un índice de seguridad hídrica no sustentable, mientras que poco más del 10% es poco sustentable, alrededor del 25% es medianamente sustentable y alrededor del 10% es altamente sustentable.
“Aproximadamente 80% del territorio ha tenido un declive en su disponibilidad en los últimos 20 años, mientras que en el 20% restante la disponibilidad se ha mantenido estable o ha tenido un incremento”, destaca.
El IMTA aclara que las consecuencias en las actividades humanas como resultado de un declive a largo plazo en el almacenamiento hídrico en Chiapas serán muy diferentes a las que enfrenten en una cuenca o acuífero ubicados en el desierto sonorense o chihuahuense.
El mapeo pretende proporcionar un diagnóstico cuantitativo e identificar aquellas regiones donde se debería reasignar la inversión pública e implementar incentivos por parte de los gobiernos para reducir la demanda hídrica de manera efectiva mediante una serie de adopciones tecnológicas en los sectores agropecuario, industrial y público-urbano, para desacoplar el crecimiento económico del uso consuntivo a nivel regional.
El IMTA expone que estos indicadores pueden ser utilizados no solo dentro de la administración pública, sino también por los grandes usuarios de agua, principalmente en la zona centro y norte del país, donde los sectores agrícola, pecuario e industrial representan más del 90% de la demanda hídrica, y, por ende, donde existen las mayores oportunidades para ir transitando hacia un consumo más sustentable.
Fuente: IMTA