En BCS protegen ecosistemas clave para conservación de la ballena gris

La Laguna San Ignacio es un refugio y sitio de anidación de la ballena gris ubicada en la Reserva de la Biósfera El Vizcaino, en Baja California Sur, donde también tienen su hogar elefantes y lobos marinos, tortugas, además de aves acuáticas y playeras migratorias, halcones peregrinos, entre otras especies.

Es considerada la última laguna de alumbramiento de ballenas grises sin desarrollar en el planeta. En el último censo realizado por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas en este sitio y la Laguna Ojo de Liebre se documentó la presencia de mil 364 ejemplares de ballena gris, un aumento de 238 respecto a una temporada anterior.

Además de estar dentro de una reserva natural protegida, fue declarado sitio Ramsar porque contiene los bosques de manglares más septentrionales del continente y es considerado un importante vivero de peces.

Por la importancia de este sitio para la conservación de la ballena gris, en 2005 se estableció una alianza entre Pronatura Noroeste con el Ejido Luis Echeverría Álvarez, con la participación de organizaciones como Costa Salvaje y el Consejo de Defensa de Recursos Naturales.

A raíz de esta alianza se han instalado torres de vigilancia, señalización y un esquema de inspección rutinaria para asegurar la protección de la fauna silvestre y de su hábitat.

Además, en 2012 fue creada la Unidad de Manejo y Aprovechamiento (UMA) Laguna San Ignacio con una extensión de 80 mil hectáreas, una herramienta jurídica que fortaleció la protección de estos sitios naturales.

Costa Salvaje destaca que la misión de la alianza es trabajar con organizaciones comunitarias y propietarios privados dentro del Complejo de Humedales Laguna San Ignacio para proteger este ecosistemas clave y ayudar a invertir en proyectos de beneficio comunitario.

Actualmente, la alianza está trabajando con el Ejido Luis Echeverría para desarrollar un plan a largo plazo para: manejo y conservación de recursos naturales; capacitación en desarrollo comunitario y ecoturismo; e implementar soluciones climáticas naturales.

Costa Salvaje también está trabajando con una cooperativa local de mujeres en Laguna San Ignacio para restaurar y proteger los manglares que ayudan a proteger la laguna contra las marejadas ciclónicas, el aumento del nivel del mar, almacenar carbono y proporcionar un hábitat clave para especies de peces y mariscos comercialmente valiosas.

Fuente: Costa Salvaje, Pronatura Noroeste

Francisco Cuamea: