El Informe Planeta Vivo 2024 Un sistema en peligro, del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), reveló que en los últimos 50 años el tamaño promedio de las poblaciones de fauna silvestre se ha reducido en un 73%, un declive en la biodiversidad del planeta que amenaza nuestro futuro.
Este drástico descenso, basado en el análisis de 35 mil tendencias poblacionales de 5 mil 495 especies, muestra cómo el impacto humano ha afectado a diversas formas de vida en todo el planeta.
El documento detalla que las especies de agua dulce son las más afectadas, con una caída del 85%, mientras que las poblaciones terrestres han disminuido un 69% y las marinas un 56%. América Latina y el Caribe sufren el mayor impacto, con una reducción del 95% en su fauna.
Aunque las regiones de Europa y América del Norte han mostrado un menor declive, esto se debe a que ya sufrían fuertes daños antes de 1970, aclara el informe.
“Al hacer un seguimiento de los cambios en el tamaño de las poblaciones de especies a lo largo del tiempo, el IPV es un indicador de alerta temprana del riesgo de extinción y nos ayuda a comprender la salud de los ecosistemas”, expone WWF.
Necesitamos transformar nuestro sistema alimentario
Este reporte pone en evidencia que la degradación de los ecosistemas, impulsada por nuestro sistema alimentario, representa la mayor amenaza para la naturaleza, por lo que es urgente una transformación.
La sobreexplotación, las especies invasoras, el cambio climático y la contaminación agravan la crisis, debilitando los ecosistemas y su capacidad para sostener la vida humana.
El informe enfatiza que nuestro sistema alimentario actual, además de no proporcionar la nutrición adecuada para todos, es el principal causante de la pérdida de biodiversidad.
“El sistema alimentario mundial está destruyendo la biodiversidad, agotando los recursos hídricos mundiales y cambiando el clima, pero no está proporcionando la nutrición que la gente necesita. A pesar de la producción récord, unos 735 millones de personas se acuestan con hambre cada noche. Los índices de obesidad están aumentando, mientras que casi un tercio de la población mundial no recibe con regularidad suficientes alimentos nutritivos”, destaca.
WWF detalla que la producción de alimentos utiliza el 40% de toda la tierra habitable, por lo que es la principal causa de pérdida de hábitats; supone el 70% del uso del agua y es responsable de más de una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Transición hacia energías limpias y renovables es prioridad
Aunque se han logrado avances, se necesita triplicar la inversión en energías renovables para 2030 y asegurar que la transición energética también beneficie a las poblaciones más vulnerables.
El informe subraya la necesidad de una planificación cuidadosa para seleccionar las energías renovables adecuadas en los lugares adecuados, para evitar impactos negativos y desarrollar líneas de tensión (o redes) energéticas sin diluir las salvaguardas medioambientales.
“Más de 770 millones de personas siguen sin tener acceso a la electricidad y casi 3000 millones continúan quemando queroseno, carbón, madera u otro tipo de biomasa para cocinar. Una transición energética justa tendrá que garantizar que las personas tengan acceso a fuentes de energía modernas y seguras, y que los beneficios y las cargas se repartan equitativamente”, indica.
Sistema financiero alineado a objetivos climáticos y de biodiversidad
WWF considera que redirigir fondos hacia proyectos sostenibles y detener la financiación de actividades perjudiciales es esencial para garantizar un futuro próspero tanto para la humanidad como para el planeta.
La biodiversidad, como sostiene el informe, no es solo un indicador de la salud planetaria, sino un sostén vital para nuestras sociedades. Su declive pone en riesgo los servicios esenciales que la naturaleza nos brinda, desde alimentos y agua limpia hasta la regulación del clima. La magnitud del reto es inmensa, y el tiempo para actuar, limitado.
Fuente: WWF México