En un esfuerzo por mitigar los efectos devastadores de las inundaciones y los deslizamientos de tierra, los funcionarios de San Salvador y los productores de café, con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), han puesto en marcha un ambicioso proyecto para restaurar mil 150 hectáreas de bosques y plantaciones de café.
El principal objetivo de esta iniciativa es reactivar la capacidad de la ciudad para absorber las lluvias, mejorando así la resiliencia ante eventos climáticos extremos, destaca el PNUMA.
Y es que las frecuentes inundaciones y deslizamientos de tierra en San Salvador están arrastrando la valiosa capa superior del suelo, crucial para la fertilidad de las plantaciones de café.
“El suelo, para nosotros los agricultores, es la riqueza de nuestra finca. Si no lo tenemos, no producimos”, explica Héctor Velásquez, un productor de café afectado por estos desastres naturales.
El café, que había sido vital para la economía de El Salvador, empleando alrededor de 150 mil personas en 2012, ha visto una disminución en la producción en los últimos 10 años. Un informe del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias estima que para 2050, el cambio climático podría afectar más al sector cafetalero de El Salvador que a cualquier otro país del mundo.
Aquí es donde entra en juego el proyecto de restauración de bosques y fincas cafetaleras, conocido como CityAdapt. Este proyecto se basa en un principio fundamental: cuando la vegetación se sustituye por hormigón, el suelo pierde su permeabilidad. Sin embargo, los árboles y otras formas de vegetación pueden actuar como esponjas, absorbiendo grandes cantidades de agua, previniendo la erosión, limitando las inundaciones y recargando los suministros de agua subterránea para épocas de sequía.
El término “ciudad esponja” se utiliza para describir áreas urbanas que crean espacios verdes para manejar las inundaciones. Ciudades de todo el mundo, desde Berlín hasta Wuhan, están adoptando esta innovadora estrategia. El uso de soluciones basadas en la naturaleza para adaptarse al cambio climático se conoce como adaptación basada en ecosistemas.
“La adaptación basada en ecosistemas es una estrategia probada tanto en ciudades como en zonas rurales. El PNUMA está ayudando a los gobiernos de todo el mundo a desarrollar resiliencia climática con más de 45 proyectos de adaptación basados en ecosistemas y, en el proceso, se están restaurando más de 113 mil hectáreas de ecosistemas”, comenta Jessica Troni, jefa de la Unidad de Adaptación al Cambio Climático del PNUMA.
CityAdapt, financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, ha ayudado a unas 16 mil personas en San Salvador a reducir su riesgo de inundaciones. Cuando se complete el proyecto en 2022, se espera que este número aumente a 115 mil.
Leyla Zelaya, Coordinadora Nacional de CityAdapt para El Salvador, destaca que se han plantado 3 mil 514 árboles frutales durante el proceso de reforestación, proporcionando recursos adicionales a las comunidades locales. Este proyecto también está activo en Xalapa, México, y Kingston, Jamaica.
Fuente: PNUMA