Durante la temporada migratoria de la ballena gris en Baja California Sur, se ha producido un avistamiento excepcional en dos lagunas clave de la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno. Los registros muestran la presencia de 758 individuos en la Laguna Ojo de Liebre y 125 en la Laguna San Ignacio.
El censo fue llevado a cabo por el equipo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), detallando la presencia de 177 madres, 177 crías y 404 ballenas solitarias en la Laguna Ojo de Liebre, así como 10 madres, 10 crías y 105 ballenas solitarias en la Laguna San Ignacio.
Durante el mes de diciembre, las ballenas pueden ser avistadas a lo largo de las costas de la península de Baja California. El pico máximo de nacimientos de ballenatos se registra en febrero en las lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio.
Las hembras de ballena gris dan a luz cada dos años, usualmente a una sola cría, después de un período de gestación de 12 a 13 meses. La madurez sexual se alcanza alrededor de los nueve años para los machos y seis años para las hembras.
El parto tiene lugar entre finales de diciembre y principios de febrero, con las crías midiendo aproximadamente 4.5 metros y pesando alrededor de media tonelada al nacer. Durante 6 a 7 meses, las crías se alimentan exclusivamente de leche y luego permanecen junto a sus madres durante uno o dos años más.
La dieta de la ballena gris incluye pequeños crustáceos, peces, plancton y krill, con un consumo diario estimado de una tonelada.
A finales de marzo, las ballenas inician su viaje de regreso hacia el norte a lo largo de la costa del Pacífico. Los ballenatos, cada vez más activos y coordinados, permanecen cerca de sus madres mientras desarrollan una capa de grasa. Las madres con sus crías son las últimas en abandonar las lagunas.
Para garantizar la observación de ballenas, es crucial cumplir con el aviso de la temporada 2023-2024, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 29 de septiembre de 2023, el cual está disponible para consulta aquí.
El interés por la observación de ballenas ha experimentado un aumento en los últimos años. La existencia de la Norma Oficial Mexicana (NOM-131-SEMARNAT-2010) ha contribuido a un desarrollo ordenado de esta actividad, garantizando la protección y conservación del hábitat de estas majestuosas criaturas.
La ballena gris es un tesoro natural de México, resaltando la nación como una de las más diversas en términos de biodiversidad. Por lo tanto, su protección es esencial.
Fuente: Conanp