Al berrendo peninsular se le puede encontrar en pinturas rupestres de la península de Baja California que datan de hace más de 5 mil años; registros antiguos dicen que miles de ejemplares de esta especie corrían por el Desierto del Vizcaíno. Hoy quedan menos de mil, pero gracias al esfuerzo que durante tres décadas han emprendido organizaciones, entes de gobierno, empresas privadas y pobladores de la región, va en camino a la recuperación.
El berrendo peninsular (Antilocapra americana peninsularis), endémico de la península de Baja California, es una de las cinco subespecies del antílope americano, que es la única especie de la familia antilocapridae que existe en el mundo.
Una especie al borde de la extinción
De acuerdo con datos obtenidos del Reporte Final del Taller de Conservación del Berrendo Peninsular, que data de 2004 y fue financiado por Semarnat, la población de esta especie históricamente se distribuía desde San Felipe y San Quintín, en el norte de la península de Baja California, hasta Bahía Magdalena en el sur.
En 1925 su población era de 500 individuos aproximadamente, pero durante el siglo 20 su distribución y abundancia declinó hasta niveles críticos. En 1994 la población se estimó entre 175 y 200 individuos distribuidos en 5 mil kilómetros cuadrados en el Desierto de Vizcaíno.
Aidée Sánchez, encargada del Programa de Recuperación del Berrendo Peninsular en el ejido El Costeño, destaca que los esfuerzos por conservar esta especie iniciaron en la década de 1970, pero hasta la década de 1990 solo se limitaba a censos terrestres y aéreos.
“En 1993 resulta que solamente vieron 164 ejemplares en el área de la zona núcleo, dentro de la Reserva de la Biósfera del Vizcaíno, esto alarmó mucho a las autoridades y empezaron a realizar los esfuerzos para la conservación del berrendo”, explica.
Un grupo de expertos se reunieron en un taller y de ahí nació el Programa de Recuperación del Berrendo Peninsular. Los que lo formaron en esa época fueron Semarnat, la asociación civil Espacios Naturales y Desarrollo Sustentable (Endesu), con el apoyo financiero de Ford Motor Company que apoyó estos esfuerzos durante 15 años.
“Este apoyo financiero fue lo que hizo que el programa realmente tuviera tanto éxito y pudiéramos desarrollar todas las acciones, desde que se inició en 1994 hasta la fecha”, destaca.
Todo inició con cinco crías
Definidas las acciones, Aidée Sánchez comenta que en 1994 se inició con la captura de cinco crías en el Desierto del Vizcaíno, las cuales fueron atendidas por personal que les daba de comer y las estimulaba. Hasta 2000 se siguieron capturando crías en diferentes épocas, hasta alcanzar un hato de 47 individuos en la estación Berrendo.
Posteriormente, recuerda, se creó una segunda estación en la zona de La Choya, una península de 26 mil hectáreas, rodeada por canales de bombeo donde se ubica Exportadora de Sal, la cual se tuvo que cercar para que los berrendos se mantuvieran en esa zona, expone.
Luego de convencer a ejidatarios de El Costeño de los beneficios de conserva el berrendo, en 2011 se construyó la estación Llano del Berrendo, por lo cual durante 10 años los dueños de las parcelas recibieron un pago anual por servicios ambientales por la renta de sus predios.
“En 2016 se hizo la estación del ejido Juárez, ahorita tenemos tres estaciones: La Choya, Llano del Berrendo y Benito Juárez. En esas estaciones toda el área que está cercada suma 54 mil hectáreas que son hábitat exclusivo para berrendo peninsular”, destalla.
Estas 54 mil hectáreas son terrenos ejidales para manejo intensivo y exclusivamente para berrendo peninsular, por lo que el ganado no está permitido, aclara.
Los beneficios de proteger y conservar al berrendo peninsular
En un ecosistema desértico como el de la Reserva de la Biósfera del Vizcaíno, el berrendo peninsular es una especie fundamental por los servicios ecológicos que presta, destaca Aidée Sánchez.
“Es un agricultor nato, lo que hace es cultivar su alimento, cultiva sus arbustos, es un rumiante que tiene la pezuña hendida, es en forma de arado y al caminar por ser nómada, trasladarse por distancias muy largas, lo que hace es arar la tierra desértica y va rompiendo la capa salina dura que se hace en el suelo y mediante sus excretas deposita las semillas que come”, explica.
Estas semillas son escarificadas previamente por sus enzimas digestivas y a la hora de excretarlas las va sembrando en los surcos que hace con sus pezuñas; además, su orina es muy rica en nitrógeno y en carbón, por lo que fertiliza el desierto y con la siguiente lluvia vuelven a crecer las plantas que come, agrega.
Otra de las funciones que han observado que hace el berrendo es el servicio de poda de plantas exóticas invasoras, como el vidrillo, que se ha llevado en diferentes programas a esa región para alimentar el ganado.
“Estas plantas el berrendo las mordisquea, la arranca del suelo y la pisa con sus pezuñas tratando de destruirla, segundos después de que las mordisquea la tiran, entonces nosotros lo consideramos como un servicio de poda”, dice.
Además, agrega, el berrendo es una especie paragua y protegiéndolo se protege a aves, reptiles, a la zorrita del desierto y muchas especies que aunque no están en peligro de extinción sí están amenazadas y se benefician de todo este ecosistema.
Es una especie nativa que debe seguir existiendo
Como especie endémica y nativa de Baja California, el berrendo peninsular debería seguir existiendo siempre en la península, expone le encargada del PRBP de El Costeño.
“El berrendo está amenazado por causas antropogénicas, nosotros hemos venido a invadir su espacio. Por ser nómada, algo que le ha afectado mucho es la fragmentación del hábitat. Nosotros llegamos, nos instalamos, hacemos nuestros pueblos, nuestras calles, nuestros cercos y todo esto afecta al berrendo, sobre todo en esta área del desierto que la lluvia es muy escasa y por ciertas regiones, entonces el berrendo quiere llegar hacia donde llovió o donde hay alimento y se topa con estas barreras y no logra llegar”, manifiesta.
Las amenazas que enfrenta el berrendo son el coyote, que es su depredador natural y en el Desierto del Vizcaíno es muy abundante; el ganado, por la competencia de alimento, y el hombre, no solo por la invasión y fragmentación de su hábitat, sino porque a pesar de ser una especie protegida por estar en peligro crítico de extinción, sigue sufriendo por la cacería furtiva, señala.
Población en aumento
Los berrendos son animales que pueden vivir en promedio de 8 a 10 años, por lo que es un periodo de vida corto para ser muy productivo, a pesar de que las hembras desde el año y medio pueden reproducirse.
Sin embargo, poco a poco los esfuerzos que se han hecho desde 1994 por restaurar y salvar esta especie están dando frutos, indica Aidée Sánchez.
“Ahorita en total tenemos alrededor de 600 berrendos, sin contar las crías de este año. 600 es lo que nosotros manejamos con el censo del año pasado, este año nos falta contar las crías que nacieron de enero a marzo, nosotros venimos haciendo el censo alrededor de julio o agosto”, comenta.
Agrega que en 2021 fueron liberados 200 berrendos, pero falta hacer el censo aéreo que se realiza cada dos años para saber cuántos individuos están en vida libre y sumar a los que tienen en las tres estaciones, detalla.
“El crecimiento en la población ha sido constante, vamos por buen camino, pero el proceso es largo, porque la finalidad del programa no es tenerlos en cercos, lo que queremos es reinsertarlos, restaurar estas poblaciones que existían antes y que el berrendo siga en su hábitat de manera libre”, subraya.
Una causa a la que más personas se pueden sumar
Aunque originalmente los esfuerzos por conservar y restaurar el berrendo peninsular lo encabezaron Semarnat y Endesu, con el financiamiento de Ford Motor Company, posteriormente se han sumado WWF, Fundación Carlos Slim, Exportadora de Sal y Conanp.
Sin embargo, Aidée Sánchez expresa que hay muchísimas cosas que se puden hacer, pero los frena el financiamiento.
“En los primeros años iniciamos con poquitos berrendos y mucho dinero, ahorita tenemos muchos berrendos y poquito dinero, entonces es complicado trabajar con esto porque son animales que su manejo es de todo el año y se trabaja las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Los berrendos tienen que comer todo el día y sí se vuelve muy complicado hacer acciones adicionales”, dice.
Con los pocos recursos tienen que priorizar en las acciones básicas para la operación, que son el alimento de los berrendos, el mantenimiento de las tres estaciones y el salario de los trabajadores.
“Hay muchísimas acciones que se pueden hacer todavía, están en los censos, está en estudio genómico, donde estamos trabajando con una doctora que se encarga de toda la parte genética del berrendo peninsular, ahorita se quiere hacer un estudio ya no genético sino genómico, que nos va a dar muchas respuestas de esta subespecie y ver las predicciones a futuro, sí estamos haciendo las cosas bien, si vamos por buen camino o qué otras alternativas tenemos para empezar a repoblar”, indica.
Por ello, invita a los mexicanos a que volteen a ver este programa, que conozcan las acciones que están haciendo y los apoyen en la medida que puedan.
“Si hay algún empresario que quiera participar. Hemos estado muy enfocados en el sector gubernamental, pero es imposible que se cargue con todo, entonces sí nos falta mucha difusión y nos falta mucho voltear a ver al sector privado, en las empresas a lo mejor hay alguien que le interesa, como Ford Motor Company que en su época, a lo mejor alguien dice yo puedo financiarlos en esta parte, porque son muchas acciones alrededor del berrendo”, subraya.
La recompensa, enfatiza, será salvar una especie emblemática de la península de Baja California que ya corría por las praderas y el desierto mucho antes que llegara el hombre.