El informe anual de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), World Energy Outlook 2024 (WEO), predice que la demanda de carbón, petróleo y gas alcanzará su punto máximo a finales de esta década, mientras que las energías renovables crecerán rápidamente, alcanzando más de la mitad de la producción eléctrica global antes de 2030.
Entre las cifras más significativas que destaca el documento resalta que la inversión en energías limpias se aproxima a los dos billones de dólares, superando la inversión combinada en nuevos proyectos de petróleo, gas y carbón. Además, los costos de instalación de nueva capacidad renovable están disminuyendo, con más de 4 mil 250 gigavatios instalados en todo el mundo.
Sin embargo, el informe indica que las emisiones globales de CO₂ alcanzarán un pico inminente, pero no disminuirán significativamente, lo que podría llevar a un aumento de la temperatura global en 2.4ºC para finales de siglo, muy por encima del objetivo del Acuerdo de París.
Demanda de electricidad en aumento
De acuerdo al análisis de la IEA, la demanda de electricidad ha crecido a un ritmo más rápido que la demanda total de energía, impulsada principalmente por la electrificación de la economía. El organismo expone que China es un actor clave en este proceso, con una rápida expansión de la capacidad solar.
Para avanzar en la transición energética, dice, es necesario invertir más en redes eléctricas y almacenamiento, equilibrando la proporción de inversión con la instalación de nueva capacidad renovable.
Velocidad de la transición energética no es suficiente
Aunque las energías renovables están en auge, la velocidad de la transición hacia la descarbonización aún no es suficiente para alcanzar los objetivos establecidos, indica el documento.
El informe subraya que las políticas gubernamentales y las elecciones de los consumidores tendrán un impacto significativo en el futuro del sector energético y en la lucha contra el cambio climático. Además, alerta sobre los desafíos que enfrenta la transición energética en algunas regiones, destacando los altos costos financieros y la falta de acceso a la energía en muchas áreas.
Fuente: Agencia Internacional de Energía