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CARBONO NEUTRAL 2030

Brasil y Chile lideran el camino hacia la transición energética en América Latina.
Avances
Brasil y Chile lideran el camino hacia la transición energética en América Latina
Informe del Foro Económico Mundial destaca los progresos y desafíos en la región, resaltando la importancia de políticas sólidas y la colaboración internacional

En un contexto global donde limitar el calentamiento global a 1.5 °C es crucial, la transición energética se muestra desigual entre las distintas regiones del mundo. Para el caso de América Latina, ese esfuerzo lo encabezan Brasil y Chile, a pesar de los desafíos que la región enfrenta.

El Informe Fostering Effective Transition 2024, publicado por el Foro Económico Mundial en colaboración con Accenture, subraya la disparidad. Los 10 países líderes en la transición energética apenas representan el 1% de las emisiones globales de CO2 relacionadas con la energía, aunque desempeñan un papel crucial en la creación de un entorno propicio para la descarbonización.

Las emisiones relacionadas con la energía son responsables de más del 80% de las emisiones globales totales, así que descarbonizar las industrias y asegurar el suministro de energía limpia, sin dejar a nadie atrás, es más urgente que nunca.

El informe evalúa el desempeño de 120 países en términos de equidad, sostenibilidad ambiental y seguridad energética, mediante el Índice de Transición Energética (ETI).

Mientras los países europeos lideran el ranking global, en América Latina y el Caribe, Brasil y Chile se destacan. Ambos países se ubican entre los 20 primeros del índice ETI, gracias a sus esfuerzos sostenidos en diversificación energética y adopción de energías renovables.

Brasil y Chile: pioneros regionales en energía renovable

Brasil ha incrementado significativamente su capacidad de energía renovable, aprovechando la hidroeléctrica, biocombustibles, solar y eólica. Su compromiso a largo plazo y el enfoque en políticas robustas han creado un ecosistema favorable para la transición energética. Actualmente, Brasil consume casi la mitad de su energía de fuentes renovables y, como presidente del G20, enfatiza la dimensión social de disminuir los combustibles fósiles.

Chile, por su parte, genera el 35% de su energía a partir de fuentes solares y eólicas, respaldado por un sólido apoyo político y empresarial. Con el objetivo de alcanzar el 70% de consumo de energía renovable y convertirse en carbono neutral para 2050, Chile demuestra un firme compromiso con la transición energética.

Desafíos y oportunidades en América Latina y el Caribe

Pese a los avances de Brasil y Chile, el informe señala que América Latina y el Caribe han tenido el crecimiento más lento en la última década en términos de ETI. La región enfrenta desafíos en infraestructura y necesita mejorar la equidad en el acceso a la energía. La inversión en energías renovables ha disminuido un 70% en los últimos diez años, complicando el panorama.

Costa Rica y Paraguay lideran en sostenibilidad, pero la región debe abordar la volatilidad de los precios del gas y la electricidad. Es crucial expandir la infraestructura y mejorar la interconexión de redes para impulsar el desarrollo de energía renovable.

El escenario global de la transición energética

A nivel mundial, el ritmo de la transición energética se ha desacelerado. Para alcanzar los objetivos energéticos globales, es esencial un apoyo internacional adaptado a las necesidades de cada país, especialmente en economías emergentes y en desarrollo. Las inversiones en infraestructura de energía limpia ascendieron a 1.8 billones de dólares en 2023, pero la mayoría se realizaron en economías avanzadas y China.

El informe destaca las oportunidades que presenta la innovación digital, como la inteligencia artificial generativa, para el sector energético. Sin embargo, estas tecnologías aumentan la demanda eléctrica, por lo que es necesario gestionarlas eficientemente con energía limpia.

Brasil y Chile, con sus éxitos y estrategias, pueden ofrecer lecciones valiosas a sus vecinos. La transición energética requiere acción decisiva y colaboración internacional para asegurar un futuro equitativo, seguro y sostenible.

Fuente: Foro Económico Mundial

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