De acuerdo con la Agencia Internacional de la Energía, en 2022 los humanos emitieron 36 mil 800 toneladas de dióxido de carbono para generar energía, un 0.9% respecto a 2021, pero seis países destacan como faros de esperanza en la meta de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050 y con ello evitar que el calentamiento global no supere la línea de los 1.5 °C respecto a las temperaturas medias del siglo 19.
John Lang, líder de proyecto de Net Zero Tracker Energy & Climate Intelligence Unit (ECIU), una organización sin ánimo de lucro que analiza los planes de mitigación de países y empresas en todo el mundo, explica que no existe un proceso de verificación ni una metodología clara para medir si son realmente neutrales en carbono, pero valoran tres elementos: el balance de emisiones que contabiliza la ONU, las emisiones declaradas en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional y la presencia de recursos importantes de absorción de carbono y hasta qué punto son o no permanentes.
Según el análisis de ECIU, Bután, Comoros, Benin, Gabón, Camboya y Guyana son considerados neutrales en carbono o “net zero” y así es como lo están logrando.
Protección de bosques y energías renovables en Bután
Enclavado en la cordillera del Himalaya, el pequeño reino de Bután es, en muchos casos, una excepción a nivel mundial. No mide su desarrollo en función del producto interior bruto (PIB) como la mayoría de las economías del planeta, sino que lo hace a través de la felicidad interior bruta (FIB). De esta manera, ha logrado priorizar objetivos que no son meramente económicos y abandonar actividades que contribuyen a la insostenibilidad ambiental y social a cambio de hacer crecer la economía.
Aun así, Bután es tan dependiente de los combustibles fósiles como la mayoría de países del mundo. Sin embargo, sus extensos bosques, que cubren casi tres cuartas partes del territorio (y de los cuales un 40% están protegidos), son un inmenso sumidero de carbono que le permite compensar ampliamente sus emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero. Además, la mayor parte de su energía se genera de forma renovable, principalmente, mediante presas hidroeléctricas.
Bajas emisiones de GEI en Comoros
Comoros no ha seguido un camino especial para alcanzar la neutralidad de carbono. Si bien es cierto que ha protegido buena parte de sus bosques, este archipiélago en el océano Índico es uno de los países más pobres del mundo (el 25% de la población vive en condiciones de pobreza extrema) y el consumo de bienes y recursos es muy bajo.
Su economía depende en gran medida de agricultura, ganadería y pesca de subsistencia, actividades que apenas generan emisiones de gases de efecto invernadero.
Sumideros naturales de carbono en Benin
Este pequeño, y densamente poblado, país del golfo de Guinea también asegura haber alcanzado la neutralidad de carbono gracias, sobre todo, a sus sumideros naturales de CO2 (sus bosques). Sin embargo, el desarrollo de su economía, basada en el cultivo y la exportación de algodón y anacardos, compromete el estatus de ‘net zero’ a largo plazo.
“Haber alcanzado el objetivo no te libra de tener una estrategia de neutralidad para el futuro”, señala John Lang. “A largo plazo, puede crecer la población, aumentar el consumo o deforestarse los bosques, no hay nada que garantice que se mantiene esa neutralidad”, explica.
Protección de la selva en Gabón
Este país africano está cubierto casi al 90% por los densos bosques de la cuenca del río Congo, el segundo almacén de carbono más importante del planeta después del Amazonas.
En su último NDC, además, el país se ha comprometido a proteger sus selvas para que sigan siendo un sumidero de gases de efecto invernadero a largo plazo. Pero, al mismo tiempo, Gabón es el cuarto mayor productor de petróleo y gas del África subsahariana. Los combustibles fósiles suponen el 39 % de su PIB.
Protección de bosques y reforestación de áreas degradadas en Camboya
Camboya cuenta con una estrategia muy detallada para mantener la neutralidad de carbono y asegurarla de forma definitiva a mitad de siglo.
Sus grandes desafíos son proteger sus abundantes bosques y reforestar las áreas degradadas mientras sigue desarrollando su economía y transformar su sector energético, que en la actualidad depende en gran medida de la quema de carbón.
Guyana, un sumidero natural de carbono y plan de reducción de emisiones
Buena parte de Sudamérica está cubierta por bosques espesos, pero en casi ningún país alcanzan el nivel de extensión y densidad que tienen las selvas de Guyana.
Además de ser un importante sumidero de carbono, el país cuenta con un plan para reducir un 70% sus emisiones antes de 2030 y aboga públicamente por la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles y la fijación de un impuesto internacional de carbono.
Sin embargo, desde 2019, sus actividades de extracción y exportación de petróleo no han dejado de crecer, con lo que su título de “net zero” está también en entredicho a largo plazo.
Lo que los países deben hacer para lograr la neutralidad
Los seis países citados anteriormente tienen en común que son sumideros naturales de carbono y/o son economías de bajas emisiones, características que la mayoría de los países no tienen.
Por ello, John Lang destaca que para lograr la meta de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050 es necesario que los países establezcan un plan de acciones creíble para la descarbonización de la economía o abandonar los combustibles fósiles.
“Este pasa por establecer un compromiso con objetivos de reducción y compensación de emisiones bien definidos y medibles”, indica.
Para los países que afirman haber alcanzado la neutralidad de carbono, expone, es crucial que cuenten con un plan de descarbonización serio, explica Lang.
Para el resto de los países del mundo, la gran lección que pueden extraer de los países neutrales es la importancia de cuidar de los bosques y los recursos naturales, porque son grandes almacenes de carbono.
Fuente: BBVA