El crecimiento urbano y el incremento en la demanda de automóviles han llevado a niveles peligrosos de contaminación del aire en las ciudades, que son responsables del 70% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
En un artículo escrito para Foro Económico Mundial, Audrey de Nazelle y Nicole Cowell, del Centro de Política Ambiental del Imperial College London, subrayan que los centros urbanos enfrentan un desafío cada vez mayor para combatir el cambio climático y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
La dependencia del automóvil no solo aumenta las emisiones, sino que también afecta negativamente la salud pública y el entorno urbano. Actualmente, se atribuyen 6.7 millones de muertes anuales por esta problemática.
Aunque la electrificación de los vehículos promete avances, las emisiones de partículas no derivadas del escape seguirán siendo un problema.
Los beneficios de reducir el uso del automóvil
Las investigadoras destacan cinco razones para repensar la movilidad urbana y reducir la dependencia del automóvil:
- Mejorar la salud física: Fomentar el uso de bicicletas y el caminar en lugar de viajar en coche aumenta los niveles de actividad física, lo que se asocia con una reducción de enfermedades cardiovasculares y una mejora en la salud mental.
- Espacios públicos más útiles: Reducir el número de automóviles permite reasignar espacio para áreas verdes, lo que tiene un impacto positivo en la salud física y mental de las personas.
- Reducción de estrés y contaminación: Menos coches significan menos ruido y aire más limpio, lo que contribuye a un entorno urbano menos estresante y más saludable.
- Disminución de accidentes de tráfico: Cada año, 1.35 millones de personas mueren en accidentes de tráfico. La reorganización urbana y la promoción de medios de transporte alternativos reducirían estos riesgos.
- Equidad social: La dependencia del automóvil afecta desproporcionadamente a las poblaciones vulnerables, aumentando la desigualdad en el acceso a espacios saludables y exponiéndolos a mayores riesgos de contaminación.
El reto de transformar la movilidad urbana
A pesar de las soluciones disponibles, las estrategias para reducir el uso del automóvil son controvertidas y suelen enfrentar resistencia política y pública. De Nazelle y Cowell destacan la necesidad de una mayor colaboración entre sectores, así como un enfoque sistémico que considere los múltiples beneficios de reducir el uso del coche.
“Los enfoques sistémicos también pueden superar algunos de los desafíos de la implementación de transformaciones urbanas fomentando la transparencia y la inclusión en la toma de decisiones. Cuanto antes lo solucionemos, antes podremos empezar a cosechar los beneficios de unas ciudades habitables, saludables y centradas en las personas”, aseguran.
Sostienen que la transformación de la movilidad urbana hacia un modelo más sostenible y saludable requiere de una acción concertada entre políticos, ciudadanos y diferentes sectores, por lo tanto, la comunicación positiva y el apoyo social son claves para implementar estos cambios.
Fuente: Foro Económico Mundial