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CARBONO NEUTRAL 2030

Carbono neutral
Cinco estrategias para descarbonizar el sector automotriz en México
Esta industria contribuye con el 12% de las emisiones a nivel global y es urgente que esta industria del país acelere sus pasos a la descarbonización para mantener su competitividad

La industria automotriz es una de las más importantes del País, contribuyendo con el 3.5% del PIB nacional y el 18.3% del PIB de manufactura, además de posicionar a México en el primer lugar de exportaciones de autopartes a Estados Unidos y el quinto lugar a nivel mundial, sin embargo, es también un área prioritaria para la descarbonización.

De acuerdo con la consultora de sustentabilidad Engie Impact, la industria automotriz contribuye con el 12% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global, por lo que para mantener su competitividad en este sector, México debe acelerar sus pasos hacia la descarbonización.

Actualmente México cuenta con 21 plantas ensambladoras de 15 marcas ubicadas principalmente en la región Bajío, Centro y Norte del país y una producción de más de 3 millones de vehículos en 2022.

Engie Impact destaca que los líderes de las principales armadoras (OEMs) y proveedores Tier 1, 2 y 3 han establecido objetivos de descarbonización cada vez más retadores para pasar de la neutralidad de carbono al carbono cero.

El sector automotriz ha logrado avanzar en el desarrollo y producción de vehículos híbridos y eléctricos, pero hace falta avanzar en la descarbonización de las operaciones y la descarbonización de los materiales y la manufactura de autopartes dentro de su cadena de suministro.

Engie Impact considera que hay cinco estrategias que las armadoras y los proveedores con operaciones en México pueden llevar a cabo para frenar las emisiones de GEI dentro de sus plantas y la cadena de valor.

1.- Identificación de las principales fuentes de emisiones
Cada empresa debe conocer las emisiones resultantes de sus operaciones, tanto a nivel de planta como de unidad de negocio. Éstas se derivan principalmente del uso de combustibles fósiles in situ, el uso de electricidad y emisiones dentro de la cadena de valor.

En particular, para las OEMs y empresas productoras de autopartes, las emisiones generadas a lo largo de la cadena de valor son de gran relevancia pues una buena parte proviene de los materiales utilizados por las armadoras. Y sin duda, el uso final de los vehículos, que en su mayoría aún requieren combustibles fósiles para operar, es la fuente principal de emisiones de dióxido de carbono.

2.- Priorización de líneas de acción
A partir de la identificación de las principales fuentes de emisiones, es posible definir las prioridades de las distintas palancas de descarbonización. Por orden de influencia, es común que las empresas inicien estableciendo objetivos de descarbonización para las emisiones en las que se tiene control dentro de sus operaciones, para después concentrarse en las emisiones de la cadena de valor, o de menor influencia.

Por otro lado, es importante considerar la escala de estas acciones y a través del impacto que se puede tener, ya sea en una sola planta, o en todos los sitios operativos. Por ejemplo, se puede priorizar reducir el consumo de combustibles fósiles como diésel, y evaluar alternativas de combustible verde en todas las plantas o centrar esfuerzos en maximizar la reducción de emisiones de las instalaciones más antiguas o de menor eficiencia energética, o las plantas de mayor prominencia por su tamaño o presencia regional.

Además, es importante definir metas a corto y largo plazo, considerando el costo total descontado de ciertas iniciativas y también la disponibilidad de tecnología hoy y en el futuro, las políticas internas y regulación aplicable, la factibilidad técnica en sitio, entre otros criterios. Es conveniente también establecer indicadores de seguimiento para medir y reportar regularmente el progreso hacia las metas establecidas.

3.- Eficiencia energética y cambio de combustibles
La eficiencia energética permite abordar de manera integral la gestión de recursos de todas las operaciones con el objetivo de gestionar el consumo, reducir costos y financiar la transición. Este último punto es clave, porque ahorros típicos de 5-15% en la factura energética pueden asegurar capital para iniciativas más innovadoras y típicamente costosas.

Existen soluciones para reducir el consumo de energía tanto en los principales procesos de manufactura, como en los sistemas auxiliares en una planta. Ejemplos de esto son la mejora en los sistemas de enfriamiento de maquinaria mediante sistemas de recuperación de calor y sistemas de monitoreo de energía; y la climatización de las plantas, con el uso de variadores de velocidad para el aire acondicionado.

Una fuente importante de emisiones en la industria automotriz son los combustibles fósiles utilizado en procesos térmicos como en los talleres de pintura, termoformado de plásticos y vidrios, corte y soldadura de metales, calderas, etc. Para reducir estas emisiones, las empresas evalúan el uso de combustibles alternativos como el hidrógeno verde, biocombustibles, e-diésel e incluso la electrificación de equipos como montacargas o remolcadores.

En particular, los biocombustibles presentan una gran oportunidad en el país. Y, aunque su disponibilidad y distribución es aún limitada, en particular, el biogás tiene una interesante proyección en México y se espera un aumento en la producción de 50% cada seis años.

En la industria automotriz, la energía total promedio para la producción de un vehículo es de 62 GJ. Esto equivale a la energía necesaria para recorrer de punta a punta el continente americano. Al implementar estrategias de eficiencia energética, las ganancias de energía para una planta de autopartes de transporte pueden ser de hasta 30%.

4.- Cambio a energías renovables
El cambio a energías renovables es una forma efectiva para la industria automotriz para sumarse a la transición energética. Al obtener energía de fuentes limpias como la solar o eólica, las compañías pueden disminuir significativamente su huella de carbono. Obtener energía renovable en México plantea retos particulares ante la etapa de desarrollo del mercado y las incertidumbres que enfrentamos. Sin embargo, México tiene un gran potencial en energías limpias como la solar y eólica reconocido internacionalmente.

La Secretaría de Energía asegura que México tiene la capacidad instalada para generar energía renovable hasta en un 31%, con el compromiso de incrementar 25 GW, lo que equivale a más de la mitad de la capacidad actual, en 8 años. Así, las empresas especialistas mantienen pronósticos favorables sobre el potencial de México en el mediano plazo. Y a medida que el mercado de las energías renovables en México madura, las oportunidades para las empresas de la industria automotriz de obtener energía renovable aumentarán y serán cada vez más accesibles.

5.- Migración a vehículos eléctricos y descarbonización de materiales
Las cadenas de valor de las empresas son complejas, por lo que medir sus emisiones representa un reto. Dentro de las emisiones de la industria automotriz, alrededor del 95% de las emisiones son principalmente por el uso final de los vehículos, la producción de combustibles y en la compra de autopartes y materiales. Esto demuestra que la transición hacia vehículos eléctricos, así como la implementación de estrategias con proveedores de autopartes y materias primas, son clave para reducir las emisiones de la industria automotriz.

Las emisiones relacionadas con el uso final los vehículos son la principal contribución a las GEI de la industria automotriz. Las empresas buscan mitigarlas mediante la transición hacia vehículos híbridos y eléctricos. El siguiente desafío consiste en descarbonizar los materiales usados para la construcción de vehículos, al ser la segunda fuente de emisiones.

La descarbonización de los materiales será retadora, ya que los componentes de las baterías y nuevos diseños de piezas requerirán un esfuerzo especial para lograr una transición efectiva hacia materiales y autos libres de carbono. Así, la industria automotriz requerirá de asociaciones cada vez más profundas entre los OEMs y empresas de autopartes, para plantear e impulsar acciones conjuntas y costo-efectivas para descarbonizar las cadenas de valor a la velocidad requerida.

En un contexto global donde el precio del carbono forma parte de la evaluación de iniciativas de inversión, operaciones con menores emisiones o con planes concretos para reducirlas a futuro, resultarán más atractivos.

A pesar de los retos en materia de regulación climática y energética en el país, el potencial de IED y nearshoring en México junto con las presiones globales del cambio climático obligan a múltiples actores a trabajar para asegurar el acceso a energías limpias. En este contexto, la influencia de empresas del sector automotriz con presencia y planes de expansión en México será incrementalmente relevante a medida que evoluciona la agenda climática nacional y estatal.

La definición de planes de descarbonización para México contribuye a enviar las señales que los gobiernos locales y federal necesitan para agilizar la transición energética y reducción de emisiones. Estos planes darán claridad sobre las condiciones que los estados deben ofrecer para procurar la inversión directa en un entorno competitivo y cada vez más enfocado en la sustentabilidad.

Fuente: Clúster Industrial

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