En 2009, Fundación Hélice A.C. nació en Mexicali como un proyecto de educación ambiental enfocado al manejo y a la gestión de residuos provenientes de oficinas, con el fin de aportar su granito de arena en generar una comunidad más responsable, desde entonces se ha consolidado como una de las organizaciones más reconocidas de Baja California.

Myriam Serra Castellanos, Presidenta de Fundación Hélice, detalla que desde su nacimiento, esta asociación civil ha reciclado más de 5 mil toneladas de residuos, sus acciones han permitido el ahorro de más de 4 millones de litros de agua, suman más de 2 mil 700 árboles conservados y han impactado en el colectivo al capacitar a más de 50 mil personas en educación ambiental.

Campaña Dona tu libro, la campaña madre

Fundación Hélice se posicionó socialmente con su campaña madre Dona tu libro viejo, que nació con un doble propósito: captar el papel, que se estaba yendo a los basureros, como una fuente de ingresos, y rescatar aquellos que todavía podían ser utilizables para entregarlos a la Red Estatal de Bibliotecas, con la que firmaron un convenio, platica Serra.

“Empezamos a tener segregaciones en sitio, en las campañas de acopio que eran masivas, y empezamos a rescatar en cada campaña alrededor de 3 mil libros, los cuales se iban en aporte al acervo bibliográfico, a salas de lecturas, a telesecundarias, a otras instituciones, por lo que empezamos a generar un círculo virtuoso en torno al rescate de los libros. Esta campaña alcanza alrededor de 120 toneladas de residuos que evitamos enviar al relleno sanitario y que también sirve para fondear las campañas de educación ambiental de Hélice”, explica.

La Presidenta del organismo agrega que posteriormente la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) los invita a trabajar con un proyecto de electrónicos para empezar a incidir en la sociedad sobre los efectos colaterales de un manejo de estos aparatos.

“Esto empezamos a trabajarlo con recicladores formales e informales, con las cámaras empresariales, formamos cursos de capacitación, tuvimos también una formación que conlleva la certificación R2, que es una cadena de custodia que se sigue desde las empresas productoras, hasta las empresas que desensamblan o manejan electrónicos, hasta el último eslabón de la cadena, que es la disposición final de manera adecuada”, comenta.

Serra Castellanos expresa que Fundación Hélice trabaja con una recicladora que está apegada a los lineamientos R2, lo que les ha permitido instalar centros de acopio para que la ciudadanía pueda disponer de estos residuos de forma gratuita.

“Esta red alcanza más de 65 puntos en la ciudad de Mexicali, no todos son para equipos electrónicos, tenemos únicamente dos contenedores marítimos que están ubicados en espacios públicos y estamos buscando ampliar esta red de contenedores para que exista más accesibilidad y reduzcamos un poco más esta huella de carbono que estamos generando por disponer los residuos en rellenos sanitarios, que es a lo que estimamos llegar”, destaca.

Aparatos electrónicos y baterías en desuso representan un problema

El manejo incorrecto de equipos electrónicos y baterías en desuso representan un problema no solo para el medio ambiente, sino que puede ser perjudicial para la salud, destaca Myriam Serra.

Hay estudios que demuestran que manipular una pantalla con vidrio plomado puede ocasionar que esta sustancia se vaya al torrente sanguíneo si no se hace con los cuidados y equipos de protección adecuados, comenta.

“El mal manejo de estos equipos que contienen plomo, cadmio, arsénico, puede dañar no nada más a la persona que lo manipula, sino que al enviarlos a un relleno sanitario estás multiplicando la exposición del material. En México tenemos muchos basureros a cielo abierto y el no tener geomembranas, celdas adecuadas, provoca filtraciones a los mantos acuíferos”, dice.

De estas fuentes es donde se abastece el agua a los pueblos y ciudades, por lo que estas sustancias tóxicas pueden llegar a ser consumidas por el ser humano, explica.

Un camino largo por recorrer

Con un parque industrial tan robusto como el que tiene Mexicali, 5 mil toneladas de residuos reciclados pudieran parecer poco, pero son desechos que fueron dispuestos de una manera adecuada desde la fuente y no llegaron a basurones o al relleno sanitario, subraya.

“Ese es el éxito del proyecto y con ese recurso pudimos pagar nómina, operación, publicidad y la educación ambiental que brindamos, que son más de 50 mil alumnos que han sido atendidos. Sí nos hace falta tener más aliados, empresas que quieran sumarse y que intenten ser parte de este proyecto”, reconoce.

Serra Castellanos agrega que el trabajo que desde hace ya 14 años desempeña Fundación Hélice con empresas, instituciones de gobierno, instituciones educativas y otros organismos ha permitido que se avance hacia una cultura del reciclaje que hoy permea más en la sociedad y que genera un impacto positivo en el medio ambiente porque son desechos a los que se les da un uso adecuado o incluso una segunda vida.