Sinaloa vive una crisis hídrica sin precedentes. La combinación de sequías prolongadas, cuencas degradadas y una demanda creciente de agua tanto para el campo como para las ciudades ha colocado al estado en una situación límite.
Con el 11% del consumo nacional, Sinaloa es la entidad que más agua utiliza en México, y de este volumen, el 94% es destinado a la agricultura, sector que hoy, paradójicamente, es el más afectado por la escasez, destacó Conselva en un reportaje de su serie periodística #EmergenciaAgua.
La organización ambiental sin fines de lucro expuso que, por segundo ciclo agrícola consecutivo, la falta de agua ha obligado a reducir en al menos 30% el número de hectáreas sembradas, provocando incertidumbre en las decisiones de inversión del sector.
“No es nada más la agricultura la que depende de la cuestión hídrica, tenemos que juntarnos con la sociedad, con la industria, con todos, hacer un plan real, un plan acorde a cada situación. Mientras no nos sentemos en una mesa a platicar todos, yo le voy a seguir echando la culpa a que el regador me tira tres noches el agua”, advirtió Emilio González Gastélum, presidente de la Asociación de Usuarios de Riego Productores Agrícolas del Estado de Sinaloa (AURPAES).
Según el Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua, al cierre de marzo de 2025, el 100% del territorio sinaloense enfrentaba niveles severos, extremos o excepcionales de sequía. Esta situación ya impacta el abastecimiento de agua en comunidades del norte y centro del estado, donde las autoridades han tenido que adelantar medidas de racionamiento.
Uno de los principales retos es la degradación de las cuencas
González Gastélum señaló que la deforestación y la erosión han reducido drásticamente la capacidad de almacenamiento de presas como Sanalona, que hoy opera al 30 o 40% debido al azolve.
Además, estima que hasta el 60% del agua que sale de las presas se pierde por filtraciones o evaporación, debido al mal estado de la red hidroagrícola que supera los 50 años de antigüedad.
Frente a este panorama, Conselva plantea la implementación de un enfoque de agricultura hidroclimática inteligente, que combine prácticas sostenibles con tecnología para aumentar la productividad y adaptarse al cambio climático.
Sandra Guido, directora ejecutiva de la organización, insiste en que no se trata solo de tecnificar el riego, sino de proteger la fuente del agua: las cuencas.
Los objetivos principales de este enfoque son:
- El aumento sostenible de la productividad, es decir, mejorar la producción agrícola y los ingresos de los agricultores.
- La adaptación y resiliencia de la actividad agrícola mediante el fortalecimiento de la capacidad de los sistemas agrícolas para resistir y adaptarse a los impactos del cambio climático.
- La reducción de gases de efecto invernadero provenientes de la agricultura.
El plan nacional de modernización y tecnificación de riego, que incluye una inversión de 13 mil 500 millones de pesos para los distritos 075 y 010 en Sinaloa, es un paso importante, pero no suficiente. González Gastélum insistió en la necesidad de atacar el problema “de arriba hacia abajo”, primero reforestando las cuencas, después modernizando los canales y finalmente tecnificando las parcelas.
Sandra Guido añadió que el gobierno, el sector financiero y la sociedad deben impulsar una nueva cultura del agua que proteja la fuente de este recurso que es la cuenca.
“Necesitamos reactivar la capacidad de la cuenca de producir agua, al mismo tiempo que mejoramos la administración eficiente del agua que captamos en las presas tanto en el sector agrícola como en las ciudades. Solo así podremos asegurar el agua para todos”, consideró.
El desafío es monumental, pero no imposible. Requiere voluntad política, cooperación entre sectores y una visión estratégica de largo plazo, porque si Sinaloa quiere seguir siendo líder en producción de alimentos, también tiene que convertirse en líder en sostenibilidad hídrica.
Fuente: Conselva